Comunidad de Madrid Auxiliar Administrativo C2 programa | LISTADO INFORMATIVO DE ADMITIDOS | seguimiento fecha examen pendiente
19
julio 2022
Comunidad de Madrid Personal Auxiliar de Servicios | primer ejercicio 05|06|2022 | seguimiento | programa
seguimiento oposiciones Servicio Madrileño de Salud SERMAS | 5 temas comunes a todas las convocatorias | pruebas selectivas auxiliar administrativo | bolsa única para la contratación de personal temporal admitidos por orden de puntuación
- En el arranque de su nueva aventura, Mario Vargas Llosa (premio Nobel de Literatura) recupera al poeta de Chile Vicente Huidobro y echa mano de 1 cíta lúdica y poderosa:
- Las horas perdieron su reloj, para darle cuerda a estas páginas (se refiere a La civilización del espectáculo, Alfaguara ed. 2012). A Vargas Llosa no le gusta lo que ve, este parque de atracciones (Umberto Eco lo llamó parque temático), esta tómbola, este naufragio, esta deshora de las luces, este sentido terciadito de la cultura donde todo vale (sobre sus temibles efectos, otro intelectual de la Movida de #Madrid de los años 80´s que se considera precursora de esta manera de pensar, si lo es, pues parece más bien de sentir, me refiero a algo parecido a apiadarse como ante 1 niño que cuenta el final del chiste a la mitad y hacemos como que no nos hemos dado cuenta) y cuanto más ruido, más foco. Lleva años Vargas Llosa comprobando que lo que antes se llamaba cultura degeneró en espectáculo (lo llaman también industria del entretenimiento) y así vamos avanzando, disimuladamente, mal y se nos nota, Antonio Lucas. Además de que los viejos ídolos, tótem aparentemente incombustibles se acaban oxidando a base de hacer lo mismo, llamo la atención sobre el destiempo, que parece ser el problema del abandono, auténtica molicie de comprobar que en tan tremendo derroche que les llevó a endeudarse por varias veces su valor en el IBEX y además llevárselo muerto a donde no hay ni vida, auténticos cementerios de capitales procedentes de la corrupción, se pudre también por dentro. Sobre que es el efecto por algo anterior no cabe ninguna duda, la novedad creo yo que es llamar la atención sobre el destiempo, muy parecido a decadencia y abandono, anticuao, caduco, aunque algunos no lo pillemos al vuelo en la 1ª.
Aunque casi nadie sabíamos que la exposición a los focos, cámaras y el cromalit de los fondos oxidan, pero en eso de pasar vídeos tiene razón Mariló, por más que en algunos casos reúnan en 1 sofá tremenda tertulia debocazas y voceras que lo comentan después, pero también habría que incluir en el género a los presentadores longevos para abundar en lo mismo: lo que llaman producción propia en las cadenas TV en su inmensa mayoría son de pasar vídeos con o sin tertulia posterior o público. Cada vez más cuesta ver entrevistas incisivas como las de Mariló.
- ¿Sabes cómo funciona 1 pene? Le espetó a su compañera Paz como si la examinara, pues los últimos acontecimientos luctuosos, sucesión de muertes, entierros, trasplantes y sus comentarios jugosos de actualidad concitan la atención general más que sus aburridas y repetitivas competidoras en su horario. En los programas de Mariló hay acción, hacen gimnasia, cocinan, a veces taconazos y 1 espectacular verstido de cuero con cremallera que no parece de lo más adecuao de acuerdo con el horario, y quizá la contrapartida es que en la mayoría de sus intervenciones nutren los otros pasavídeos de las TV. Pues sí, cuando puedo elegir también me hice adicto a los programas en directo que pergueña Mariló a base estar viendo durante meses sus dosis de sí misma, tan personal como intransferible, más destacadas en los otros programas pasavídeos. Me decepciona que el 90% sus emisiones traten sobre niños y sobre todo niñas desaparecidas, muertas, arrancadas de los brazos de sus padres y abuelos, en casos judiciales no cerraos o en falso, pero eso al fin y al cabo es lo mismo que la competencia con la diferencia que en vez de pasar vídeos hacen conexiones en directo con su red de corresponsales y colaboradores. El resto del tiempo Mariló también lo dedica a entrevistar y hablar de gente que busca notoriedad cultivando su personaje, pero como ellos quieren que se vean, la cara buena o amable, donde su programa en directo parece tan peñazo como los de Igartiburu. He llegao a pensar que la magia por la que nos atrapa a sus admiradores es algo que está fuera de control, como si los duendes manejaran su lengua cuando le funciona más rápida que el cerebro, lo que equivale a cualquier momento, como los participantes de Gran Hermano. No veo tanto problema en los errores que también pueda cometer como en perseverarlos, repetirlos, la gente que me haya podido ver y recordar la cagada que sea como para no cometerla ellos. Hasta en eso soy celoso si es que ligré verlos y subsanarlos me los callo. Emperrarse en algo mal hecho provoca sempre menos probremas al responsable o irresponsable de los que debería y que salpique a su entorno con frecuencia más que a los propios tarda mucho en ejecutarse por la misma lógica que me aplico a mí mismo, lograr taparlos es mal menor que los atenúa. Si además nos han inducido al error otros, que es a lo que conducen el engaño y la mentira, pues tanto peor serles dóciles en la respuesta airada que merecen y hacerlo notar como se pueda el tiempo que haga falta, por lo menos actúa como disuasorio, pero ya que algo que hemos hecho y no ha gustao, no ya que haya cído presa de la indiferencia, sino que hayamos molestao a alguien y no hayamos sido ni capaces de corregirlo y tratar de subsanarlo, creo yo que es diferente de ser imbécil a secas.
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En el seno de una familia judía de Budapest, Hungría, nació Endre Enro Friedman. En los talleres Leitz de Weztlar, Alemania, el ingeniero Oscar Barnack fabricó un prototipo de cámara de fotos con el formato de la película de cine ya existente. La Leica I fue presentada en 1925. Era extremadamente pequeña y ligera en comparación con las que se habían usado hasta entonces, equipada con un objetivo de 50 mm. con diafragma abierto hasta f 3.5 y 6 pasos de obturador entre 1/25 y 1/500 de segundo. Aún sin telémetro de enfoque, incorporado en la Leica III (1933), flash y fotómetro, los fotógrafos, en palabras de Kertesz, empezaron a divertirse haciendo fotos.
El joven Endre Friedman, exiliado de Hungría por su militancia de izquierdas, se compró una de las 50.000 Leicas que ya se habían fabricado e intentó ganarse la vida como fotógrafo en los periódicos y revistas ilustrados con fotos de actualidad. La prensa estaba en el centro de todas las batallas ideológicas. Las fotografías de actualidad, posibles con las nuevas cámaras ligeras, eran la gran novedad para un público ávido de información que acababa de conocer la radio y ni siquiera sospechaba el impacto que causaría en sus retinas el gran invento de la televisión.
Huyendo otra vez, ésta de Hitler por su condición de judío, Andrés Friedman, su novia Gerda Taro (alemana, de izquierdas) y su amigo "Chim" Seymour (polaco, judío, de izquierdas y fotógrafo) se inventaron al fotógrafo internacional Robert Capa. Gerda vendía por los periódicos las fotos de este misterioso aventurero militante de causas justas. Es así como Robert Capa (inicialmente, la sociedad que formaron Gerda, Andrés y "Chim") tomó parte en la guerra civil española.
En agosto de 1936, resguardao en 1 trinchera de Cerro Moriano, Córdoba, Andrés/Robert Capa estiró la mano con su Leica y sin mirar captó la imagen del miliciano cayendo herido de muerte. Esta foto llegó a la prensa francesa en el mes de septiembre de ese primer año de guerra y marcó para siempre el enorme impacto internacional de la contienda española. Aún no ha aparecido nadie que diga ser el muerto de "El miliciano cayendo herido de muerte", el personaje de la célebre foto de Capa, sin embargo sí se ha vertido sobre esta imagen una sospecha de ser un montaje propagandístico, una escenificación interesada. Capa explicó que la hizo sin mirar, sacando la mano desde la trinchera en la que él mismo acababa de resguardarse y disparando la cámara un par de veces al azar. La efectividad de la foto (la primera instantánea de una muerte, su inmediato impacto internacional, la fama imperecedera que proporcionó al fotógrafo) es el único dato que ofrecen los incrédulos para sembrar la duda: es tan rematadamente impresionante que hasta parece mentira. Las fotos inmediatamente anteriores y posteriores a ésta corroboran la versión de fotógrafo. El contexto también está a favor de la autenticidad de esta imagen. Hasta ese momento Robert Capa era el seudónimo de los fotógrafos Andrés Friedmann y Chim Seymour ayudaos por Gerda Taro, la novia de Andrés, para distribuir el trabajo realizado en común. Esta foto tomada en los primeros meses de la Guerra Civil fue la que identificó a Capa con Andrés Friedmann. Chim Seymour continuó fotografiando por su cuenta y con su nombre el resto de la guerra. De haber sido un montaje premeditado, probablemente no habría sido Andrés Friedmann/Robert Capa el fotógrafo elegido y de serlo, habría hecho participar a sus socios. Por otro lado, el desconcierto de la imagen (una foto un poco desencuadrada, desenfocada, movida y defectuosamente iluminada) demuestra a cualquiera que haya tenido una cámara en las manos que no es una foto premeditada o preparada. El azar y Andrés Friedmann/Robert Capa fueron los autores de la imagen más conocida del siglo. Una vez que Chim Seymour decidió continuar la guerra por su cuenta y con su nombre, Gerda y Robert Capa fotografiaron en Valencia los actos del Congreso de Escritores Antifascistas de 1937, con Tolstoi, Malraux y Bergamín entre otros participantes. De este acto son 2 fotos de las pocas que se conocen de los fotógrafos aparecidas en 2018 en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, obra a su vez del polaco Emilio Rosenstein, cuyo seudónimo, pues también era judío, era Emil Vedin.
Gerda siguió con los escritores hasta los actos de #Madrid, donde los intelectuales se reunieron con el poeta Rafael Alberti, y Guadalajara, donde visitaron el frente de guerra y homenajearon a los soldados republicanos. Continuó sola hasta Brunete, donde cayó accidentalmente del estribo del coche en el que se había encaramado para fotografiar el frente y fué atropellada por un tanque republicano T 26 de fabricación rusa que se batía en retirada marcha atrás. Murió en el hospital de campaña del Goloso en presencia de la escritora Maria Teresa León, que recordó el triste suceso en sus memorias. Siempre en el bando republicano y ya en solitario, Capa realizó un amplio reportaje, no sólo de la guerra, también fotografió niños, calles, campos, soldados escribiendo y leyendo cartas o en plena clase de alfabetización, protecciones a las obras de arte, mítines políticos y encuentros con intelectuales y retrató a todos los personajes de la época que se pusieron a su alcance. En todas las fotos, Capa se reveló como un admirable admirador de todo lo humano, de todos los gestos, de todas las caras, de todos los trabajos y actividades, de todas las situaciones, de todas las edades. El tema de Capa fue lo humano. Las fotografías anteriores la Leica y a las publicaciones periódicas ilustradas con fotografías de actualidad, es decir, anteriores a 1930 son más estáticas, más contemplativas, más reposadas, más pensadas o planeadas. Capa incorporó la acción por igual a la fotografía y al reportaje. El salto que suponía tener armada la cámara ante cualquier situación a tener que armarla con el pesado trípode, las placas de vidrio o películas emulsionadas, más grandes, más aparatosas en el manejo y más exigentes en la medición de la luz, mucho más lentas en todo el proceso fotográfico, es más o menos el salto que se refleja entre las fotos de escenarios de la muerte y fosas de cadáveres de la Guerra de Crimea de 1855, muy meritoria obra del reportero pionero Roger Fenton, y el reportaje vivo aún hoy, pues fue captado directamente en el límite entre la vida y la muerte, que realizó Capa en la guerra civil española. Pegando trozos de contactos y pequeñas ampliaciones de algunas fotografías, Capa fue rellenando unos Cuadernos de Guerra en España (1936-1939), editados parcialmente en Valencia, en 1987, que demuestran que tenía voluntad narrativa o vocación de reportaje en la realización de su trabajo. Una selección de estas fotografías, recopiladas y ordenadas por el propio Capa, y que probablemente estaban destinadas a ser expuestas en el Pabellón de España de la Exposición Universal de Paris de 1939, igual que el Guernica de Picasso, apareció dentro de una maleta que había pertenecido a Juan Negrín, presidente del Consejo de Ministros de la II República Española, junto con otros documentos sobre la guerra en Suecia, en marzo de 1979. Es la más completa colección de fotografías de Robert sobre la guerra civil española y la más cercana al autor (algo importantísimo en fotografía), pues las eligió y probablemente las positivó él mismo. Para el Estao español, propietario legítimo, esta colección sólo tiene parangón por su incalculable valor emocional con el Guernica de Picasso y merece ser expuesta permanentemente. De alguna manera Capa se hizo fotógrafo en España y es por tanto un fotógrafo español, el mejor de todos los tiempos.
- El reportaje debe tener inicio y final definidos por unidad de lugar, tiempo y acción. En torno a 1 imagen central que resume todos los elementos de la historia, se agrupan cierto número de fotos que la cuentan en detalle, Gísèlé Freund, fotógrafa de Magnum especializada en retratos y excepcional divulgadora de temas fotográficos, algunos recogidos en el ensayo titulao La fotografía como documento social e 1974.
Capa tituló uno de sus libros Slightly out focus (ligeramente desenfocado) reivindicando la estética de lo borroso -fotos movidas, desenfocadas por la rapidez del puro acto fotográfico, que subrayan la intensidad dramática de la escena y las emociones humanas- frente a la estética de la nitidez que había venido impuesta por las características técnicas de las cámaras fotográficas anteriores a la Leica. Robert, que siempre odió las guerras -quería ser "fotógrafo de guerra sin trabajo"-, fotografió de esta manera el alma de la historia, no su simple apariencia. En este mismo año de 1947 y en Paris, Capa fundó junto con los fotógrafos Henri Cartier-Bresson y Chim Seymour la agencia de fotógrafos independientes Magnum, que ha reunido en sus archivos la mejor colección de fotografías de esta segunda mitad del siglo XX. Capa murió el 25 de mayo de 1954 al pisar una mina en el camino de Thai Binh, Vietnam.
Después de negociarlo con Cornell Capa, hermano, colaborador en vida y heredero de Robert, el Museo Reina Sofía recibió una donación de 205 fotografías de Capa sobre la guerra civil española, fotografías cuya exposición pública está anunciada para febrero de 1999. Estas fotografías de Capa son, junto con el Guernica de Picasso, cuya residencia definitiva también fué fijada en el Museo Reina Sofía, el testimonio más valioso de la guerra civil española, el terrible suceso del que se cumplirán 60 años desde su fin en 1999 y que no ha cesado de producir noticias, libros, películas, exposiciones, homenajes, encuentros fraternales entre los viejos combatientes y un sin fin de recuerdos que mantienen el trágico suceso en un plano de permanente actualidad.
Consejería de Educación Castilla la Mancha Bolsa de Trabajo Secundaria y Régimen Especial
Universidad Complutense de Madrid Bolsas de Trabajo para la Contratación Temporal